¿Cómo usar la parrilla o la barbacoa por primera vez?

Tener una parrilla en casa te aporta una cantidad de ventajas nada despreciables. Te ofrece la excusa de celebrar reuniones en familia o con amigos, compartiendo una comida al aire libre que además es más saludable, pasas menos horas en la cocina y todo el mundo está dispuesto a ayudar.

Por muchas razones, disponer de una parrilla en casa es una buena idea, siempre que tengas un espacio adecuado como un jardín o incluso un balcón. Si quieres información más detallada sobre como usar tu barbacoa en un balcón o una terraza, te interesará este otro artículo.

Existen en el mercado una gran oferta de parrillas. Puedes encontrarlas de carbón o de gas y de diferentes tamaños y precios. Pero, lo que tienen en común es que antes de utilizarlas por primera vez es recomendable curarlas.

Te contamos lo que debes hacer para que tu nueva parrilla o tu nueva barbacoa se mantenga siempre como nueva.

¿En qué consiste curar una parrilla nueva?

Curar una parrilla no es otra cosa que recubrirla de una fina capa de grasa para protegerla del óxido y evitar que los alimentos se queden pegados. Este proceso se realiza en caliente, por lo que hay ciertas diferencias entre realizar este proceso en una parrilla de carbón y una de gas.

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Curar una parrilla nueva de carbón paso a paso

  1. Limpia tanto la parte exterior como la interior con un paño o una esponja y agua caliente.
  2. Sécala bien con papel de cocina.
  3. Pinta todas las partes interiores con una fina capa de aceite vegetal, insistiendo sobre todo en ambas caras de la rejilla. Puedes aplicarlo con un pincel o usar aceite en spray.
  4. Una vez aplicado el aceite, coloca carbón en la carbonera como si fueras a utilizar la parrilla para cocinar y enciéndelo.
  5. Cierra la tapa y abre los respiradores, para dejar que entre algo de aire.
  6. Ve añadiendo carbón a medida que sea necesario para que la parrilla se mantenga bien caliente, hasta unos 200 °C, al menos durante un par de horas y hasta que el aceite que hemos aplicado se adhiera bien en las superficies.
  7. Al abrir la tapa verás que las rejillas cambian un poco de color y se ponen más oscuras, esto querrá decir que se ha curado bien.
  8. Debes dejar que se enfríe por completo.
  9. Retira las cenizas y aplica con papel de cocina una nueva fina capa de aceite.
  10. Nunca eches agua fría directamente sobre el carbón caliente, la diferencia de temperatura podría deformar la chapa estropeando tu parrilla sin remedio.

Curar una parrilla nueva de gas paso a paso

  1. Limpia todas las superficies con un paño y agua caliente.
  2. Déjala bien seca con papel de cocina.
  3. Cure todas las superficies con una fina capa de aceite vegetal, quitando con papel de cocina el sobrante.
  4. Enciende todos los quemadores y ajustar la temperatura a unos 150 °C.
  5. Cierra la tapa, y deja que el calor caliente el aceite durante unas dos horas.
  6. Al terminar comprobarás que ha quedado de un color oscuro, señal de que el recubrimiento está bien hecho.
  7. Recuerda que siempre debes encender la parrilla de gas con la tapa abierta para que el gas no se concentre en el interior y provoque un accidente indeseable.
  8. Una vez transcurridas las dos horas, apaga los quemadores.
  9. Deja que la parrilla se enfríe completamente antes de usarla para cocinar por primera vez.

¿Por qué se debe curar una parrilla antes de usarla?

Es muy importante curar tu parrilla nueva antes de usarla por primera para eliminar cualquier residuo de los productos químicos que se usan en su fabricación. Esto garantiza que los alimentos que cocines sobre la parrilla no se contaminen con residuos poco saludables y que alteran su sabor.

También evita que los alimentos se queden pegados, facilitando su limpieza. Además, se reviste de una capa protectora que previene la oxidación y ayuda a mantenerla en buen estado, por lo que podrás disfrutar de tu barbacoa durante mucho más tiempo sin problemas.

Cómo mantener tu parrilla siempre impecable

Tan importante es curar tu nueva parrilla antes de usarla por primera vez como mantenerla en perfectas condiciones.

Hay que tener en cuenta que una parrilla no es algo que se utilice a diario y algunas veces está hasta incluso meses sin darle uso. Por eso mantenerla limpia y cuidada es fundamental para que te dure mucho tiempo.

Lo ideal es que la limpies después de cada uso. Para ello, sigue estos sencillos pasos:

  • Debes dejar que se enfríe un poco antes de proceder a su limpieza, pero no dejes que se enfríe del todo o te resultará más difícil limpiarla.
  • Con un cepillo para parrillas retira todos los restos de alimentos que hayan podido quedar pegados.
  • Limpia todas las superficies con agua jabonosa y una esponja.
  • Si quedan restos demasiado pegados puedes pasarle una esponja de acero.
  • Sécala bien y aplica una fina capa de aceite.
  • También puedes pasarle media cebolla por la superficie de las rejillas, ya que la cebolla tiene propiedades antibacterianas.

Es conveniente, para mantener bien tu parrilla, que no se oxide y no se queden pegados los alimentos, que al menos vuelvas a realizar el proceso de curado un par de veces al año. Y también si has estado mucho tiempo sin usarla.

Si no vas a usarla durante un tiempo, procura guardarla limpia y protegida con una funda de plástico o lona para resguardarla del polvo y la humedad. Más consejos sobre cómo guardar tu barbacoa correctamente en este enlace.