Cultiva frambuesa en hidroponía casera (en 9 pasos)

Una de las ventajas que tiene la frambuesa es que se puede adaptar perfectamente a toda clase de sitios, ya que es especialmente resistente.

Esto es estupendo para una persona que quiera cultivar por primera vez sus propias frutas, debido a la facilidad que representa y también para aquellos que quieran hacerlo en casa a través de la hidroponía, que es de lo que vamos a hablar en este artículo.

En menos de lo que piensas vas a poder estar disfrutando de unas estupendas frambuesas caseras gracias al método de la hidroponía.

¿Es posible cultivar frambuesa en hidroponía?

La resistencia de la frambuesa la convierte en una fruta ideal para poder cultivarse dentro de casa. Además de que no requiere una gran cantidad de cuidados especiales, tampoco es necesario llevar a cabo una gran inversión.

¿Qué necesito para un cultivo hidropónico de frambuesa?

Si quieres cultivar frambuesas en casa a través de la hidroponía, necesitarás semillas de frambuesa, y una mezcla de sustrato franco arenoso que esté compuesto por un 40% de perlita y un 60% de peat moss.

Además, también necesitarás el lugar en donde vas a cultivar la frambuesa, en este caso unos contenedores que cuenten con 30 centímetros de profundidad y dispongan de drenaje. También una solución nutritiva para las flores, una charola para que puedan germinar y una regadera.

Pasos para cultivar frambuesa con hidroponía en casa

1.      Siembra indirecta.

Este punto es muy sencillo, lo único que debes de hacer es mojar el sustrato y colocarlo dentro de la carola.

Una vez que lo tengas preparado te recomendamos que pongas un par de semillas por cavidad, ya que si pones más podrías saturarlo y hacer que la planta no crezca bien.

2.      Busca el lugar adecuado

Cuando hayas colocado todas las semillas que quieres, el paso siguiente será llevar la charola con todas sus semillas plantadas a un lugar en donde pueda haber una temperatura aproximada de 20º.

3.      Mantén las cavidades mojadas

Deberás dejar la charola ahí por un máximo de tres meses y, durante todo este tiempo, es fundamental que cada uno de los sustratos de las cavidades se encuentren completamente mojados, humedecidos.

4.      Mueve la charola a un lugar menos cálido

Una vez que hayan pasado los tres meses deberás de cambiar la charola de sitio. En este caso deberás de llevarla a un sitio que cuente con una temperatura menos cálida y tendrás que mantenerlas ahí durante otros tres meses.

Este proceso es importante para conseguir que las plantas se vayan preparando antes de que las vayamos a colocar en su lugar definitivo.

5.      Trasplanta las semillas germinadas

Una vez que hayan germinado las semillas llegará uno de los momentos cruciales, el trasplante. En este caso debemos de humedecer el sustrato y repartirlo por todos los contenedores disponibles. Uno de los momentos más delicados llega ahora cuando tenemos que colocar las plantas con cuidado.

En este caso te recomendamos que utilices una maceta. Gracias al uso de la maceta estarás favoreciendo el crecimiento de las plantas y también lo estarás facilitando, ya que te evitarás que estas compitan por los nutrientes.

6.      Busca el lugar definitivo

Una vez que hayas realizado todos los trasplantes, llegará el momento de llevarlos a un sitio en donde pueda recibir luz. Como mínimo, te recomendamos que reciban de entre 10 y 12 horas de luz solar al día y contar con una toma de agua cercana. Evita en todo momento que haya cambios bruscos de temperatura y, por supuesto, que no haya otros agentes externos que puedan intervenir en el crecimiento de las plantas.

7.      Riega y añade la solución nutritiva a diario

Ahora llegará el momento de esperar. Sin embargo, todavía tendrás que prestar atención a un pequeño mantenimiento, el riego. Añade a los riegos la solución nutritiva y aplícalo cada día.

8.      Poda regularmente

Por otro lado, también deberás de prestar especial atención a las ramas. Deberás evitar que estas se extiendan demasiado, por lo que necesitarás podarlas regularmente.

9.      Recoge los frutos

Si lo has hecho todo bien, después de que pase un año tu frambuesa en hidroponía empezará a dar sus frutos y podrás disfrutar de una deliciosa fruta cultiva de forma casera y natural.

¿Qué es exactamente la hidroponía?

La hidroponía es un sistema de producción en el cual las raíces de las plantas no se encuentran establecidas en el suelo, sino que se encuentran en una solución nutritiva que cuenta con los elementos necesarios para que la planta pueda crecer sin problema.

Es esta ausencia del suelo lo que nos permite poder cultivar frambuesa en casa, sin tener la necesidad de disponer un de un huerto al uso como sería necesario en un cultivo convencional.

Con la hidroponía podemos cultivar frambuesas en casa perfectamente gracias a que este sistema cubre todos los requerimientos que necesita la fruta. Además, aporta toda la cantidad de nutrientes necesarios para su perfecto desarrollo.

Ventajas de la hidroponía casera

Una de las principales ventajas que tiene es el ahorro de agua. La hidroponía utiliza el agua de forma muy eficiente, por lo que nunca vas a desperdiciar agua mediante esta técnica y, además, siempre la podrás recircular.

Esto también te permitirá llevar a cabo el cultivo en lugares donde las condiciones ambientales son más limitadas, por ejemplo, en zonas donde apenas hay agua o el suelo no es de buena calidad.

Se trata de un cultivo más limpio, ya que no usa herbicidas y el resultado es de una gran calidad.

Además, se trata de un cultivo realmente económico, puesto que no necesitarás comprar abonos ni fertilizantes.

Inconvenientes de la hidroponía casera

La hidroponía es un cultivo bastante interesante por todas las ventajas que tiene, pero también es importante conocer sus limitaciones.

En cuanto a sus desventajas, como hemos visto, es necesario un mantenimiento adecuado durante mucho tiempo. Regar la planta a diario puede ser una tarea que requiere mucha dedicación.

Otro problema que tiene es que no es apto para todas las especies. Es un hecho que a la frambuesa este tipo de cultivo le sienta realmente bien, sin embargo, cultivar zanahorias o patatas de esta forma no es posible.

Finalmente, como las plantas no cuentan con suelo, estas pueden ser más susceptibles a los cambios de temperatura, por lo que debes de tener mucho cuidado. El suelo actúa como amortiguador en el momento en el que hay cambios bruscos de temperatura y, por lo tanto, eso es algo que no se puede encontrar en la hidroponía.