Hacer compost en casa: las respuestas a todas tus preguntas

¿Te estás planteando hacer compost en casa, pero te preguntas si será fácil? ¿Te preocupa que huela mal? ¿No tienes claro cómo funciona o para qué sirve?

En esta guía sobre el compost resolvemos todas tus dudas, aunque ya te lo adelantamos, ¡hacer compost en casa es muy fácil!

Una vez hayas descubierto que tienes una mina de nutrientes para tus plantas en tu propia cocina, no querrás volver a comprar compost en una tienda.

¿Qué es el compost?

El compost es un abono rico en nutrientes que se obtiene como resultado del proceso natural de descomposición aeróbica (con oxígeno) de residuos orgánicos. En jardinería se emplea principalmente para fertilizar la tierra.

¿Para qué sirve el compost?

El compost sirve para mejorar la fertilidad de la tierra, aportando los nutrientes fundamentales para el desarrollo de las plantas. Además, tiene una gran capacidad de retención de agua, por lo que supone un ahorro importante en el riego.

Las principales ventajas de hacer compost en casa son que permite aprovechar los residuos orgánicos que generamos, es más económico que los fertilizantes inorgánicos que se adquieren en las tiendas, y proporciona a nuestras plantas una mayor resistencia a las plagas y enfermedades.

¿Qué factores influyen en la degradación de residuos?

El proceso de degradación de residuos durante la compostación depende del tamaño del material a compostar, la proporción carbono-nitrógeno, la aireación, la humedad y la temperatura. Estos cinco factores determinarán la calidad del compost obtenido como resultado.

El tamaño ideal del material a compostar es entre 1 y 5 cm. Si las partículas son demasiados grandes, el proceso de degradación se ralentiza, mientras que si las partículas son demasiado pequeñas se produce una excesiva compactación dificultando el paso de aire y agua.

La proporción entre carbono y nitrógeno debe estar equilibrada. El exceso de carbono ralentiza la compostación, mientras que el exceso de nitrógeno disminuye la cantidad de humus. Los restos de frutas, verduras o café son ricos en nitrógeno, y el papel, el serrín y las ramas secas son ricos en carbono.

La aireación es fundamental para el proceso de compostación, ya que permite aportar oxígeno, controlar la temperatura, y evacuar los gases que se generan en la descomposición de los residuos orgánicos. Es necesario airear el compost para acelerar el proceso y evitar malos olores, especialmente al inicio.

La humedad es importante en el compost, puesto que regula la temperatura y favorece el intercambio gaseoso. Sin embargo, un exceso de humedad impide el aporte de oxígeno, lo que provoca malos olores.

La temperatura adecuada para el compost es entre los 35 y los 55 °C. Si la temperatura es demasiado elevada, los organismos necesarios para el proceso de compostaje mueren, mientras que si la temperatura es demasiado baja, el proceso se ralentiza.

¿Cuánto tiempo tardan en degradarse los residuos sólidos?

En términos generales, los residuos sólidos tardan en degradarse y generar compost de 3 a 6 meses. En los meses de verano la duración será menor que en los meses de invierno, debido al aumento de temperatura.

Tanto el sistema de compostaje, como el tipo de material a compostar, afectarán en gran medida al tiempo total de degradación de los residuos, por lo que este podrá variar enormemente de un caso a otro. 

¿Qué materia orgánica se descompone más rápido?

La materia orgánica que se descompone más rápido son los restos de algunas frutas o verduras como la cáscara de plátano o la piel de patata, así como las hojas secas o la cáscara de huevo. Es importante tener en cuenta que estos tiempos dependen de numerosos factores, por lo que son solo orientativos.

¿Cómo se elabora un compost doméstico?

Para elaborar compost doméstico se deben añadir los residuos orgánicos al compostador, alternando capas de unos 20 cm de material seco y húmedo. Es imprescindible controlar la temperatura y la humedad aireando y regando con frecuencia, pero sin llegar a encharcarlo. 

¿Qué es un compostador casero?

Un compostador casero, también llamado compostera, es un recipiente de diversas formas y tamaños en el cual se añaden los desechos orgánicos, tanto secos como húmedos, que se convertirán en compost mediante el proceso de compostación.

¿Para qué sirve un compostador?

Un compostador sirve para reciclar tus desechos orgánicos convirtiéndolos en compost, que podrás utilizar para abonar tus plantas. Si los desechos estuvieran al aire, en vez de en un recipiente relativamente cerrado, sería mucho más difícil controlar las variables que permiten obtener un buen compost.

Tipos de compostadores

Compostador fijo

El compostador fijo es el tipo más habitual. Suele ser el más barato por su sencillez y los hay de diversos tamaños, aunque funcionan mejor si son medianos o grandes. Algunos tienen la posibilidad de sacar el compost maduro de la parte de abajo mientras sigues añadiendo residuos a la parte de arriba.

 

Compostador giratorio

El compostador giratorio se compone de un barril colocado en horizontal sobre unas patas. El mecanismo te permite girarlo, facilitando enormemente la tarea de aireación, y además acelerando el proceso. Suelen ser muy resistentes, pero aunque los hay de diferentes tamaños, ocupan bastante espacio.

 

Vermicompostera

El compostador de lombrices, o vermicompostera, utiliza lombrices para producir un compost de muy alta calidad, aunque suele ser más lento que los otros métodos. Requiere algo de trabajo adicional al principio, pero una vez está funcionando correctamente necesita muy poco mantenimiento.

 

Compostador bokashi

El compostador bokashi no es un compostador como tal, ya que produce un material pre-compostado, mediante un proceso anaeróbico (sin oxígeno). Es más fácil y requiere menos cuidado, pero el producto final siempre se deberá añadir a una pila de compostaje convencional para terminar de convertirse en compost.

 

¿Dónde puedo colocar mi compostador?

El compostador se debe colocar en un lugar cubierto, protegido de la lluvia, el sol directo y el viento. En función del tipo, podrá estar abierto en la zona inferior y en contacto con el suelo, o no. En general, se colocan en el exterior, aunque existen algunos específicos para interior.

¿Qué se puede echar y qué no al compost?

Al compost se puede echar: restos de alimentos como frutas, verduras, huevos, o pan; residuos de cocina como café, té, corcho de botellas o papel de cocina; polvo y pelusa; restos vegetales de hojas, pequeñas ramas o raíces; serrín o virutas de madera.

Al compost no se debe echar: restos de carne, pescado o productos lácteos; aceites o grasas, incluyendo alimentos cocinados que los contengan; alimentos podridos; heces de animales; cenizas de carbón; restos de plantas enfermas; materiales no orgánicos, como vidrio, plástico o metal.

¿Huele mal el compost casero?

El compost casero no huele mal. Si empieza a desarrollar olores fuertes es debido a que se han añadido materiales no adecuados (como carne, pescado o grasas), o bien a un exceso de humedad, que produce falta de oxigenación, en cuyo caso se debe remover el compost para conseguir una mayor aireación.

¿Cómo evitar que haya moscas en el compost?

Para evitar que haya moscas en el compost se deben cubrir siempre los residuos orgánicos con material seco o con compost maduro, para evitar que queden expuestos. Una correcta aireación y mezcla del material, así como mantener la compostera limpia por fuera, también ayuda a evitar las moscas.

¿Qué pasa si se moja el compost?

Si el compost se moja, ya sea por la lluvia o por exceso de riego, se producirá un exceso de humedad y, por lo tanto, un déficit de oxígeno, lo que provocará que los residuos fermenten, produciendo así malos olores en el compost.

¿Cómo secar el compost?

Para secar el compost se puede añadir materiales secos, como hojas secas, serrín, papel o pequeñas ramas, y airearlo mediante volteos con una pala o un rastrillo. Si existe la posibilidad de dejarlo al sol, esto también puede ayudar a acelerar el proceso de secado.

¿Cómo humedecer el compost?

Para humedecer el compost se pueden utilizar cubos de agua, una manguera o una regadera. Es necesario asegurarse de que toda la mezcla se ha humedecido de manera uniforme, sin llegar a encharcarla. Es fundamental para evitar un exceso de temperatura que podría paralizar la compostación.

¿Cómo saber si el compost está listo?

Se sabe que el compost está listo cuando no se distinguen restos de fruta o verdura, tiene un color marrón oscuro, y huele a tierra húmeda y fresca.  Para comprobar si la humedad es correcta, toma un puñado de la mezcla y apriétala con fuerza; la mano debe quedar humedecida, pero no debe gotear. 

¿Cómo se guarda el compost?

La mejor opción para guardar el compost es en el compostador, pero si necesitas seguir usando el compostador y prefieres sacarlo, se puede almacenar en un lugar cubierto, a la sombra, y en bolsas traspirables. Es preferible utilizarlo cuanto antes, pero puede aguantar hasta un año.