Cómo guardar la barbacoa en invierno: todas las claves

Todos los años llega un momento duro, un momento que no quisiéramos que llegase, pero es inevitable, el final del verano.

Y el final del verano no lo marca el calendario, ni las estrellas, ni el inicio de los colegios… El día que verdaderamente marca el final del verano es el día que tienes que despedirte de tu compañera de fatigas durante la época estival, el final del verano lo marca el día que tienes que guardar la barbacoa.

En este artículo te daremos los mejores consejos y te explicaremos qué puede ocurrir cuando la barbacoa no se ha guardado de manera correcta.

¿Cómo guardar la barbacoa correctamente en invierno?

Para guardar una barbacoa cuando no esté en uso durante el invierno se debe limpiar a fondo, secar correctamente, guardar en un lugar protegido de la lluvia y la humedad, y utilizar una funda para cubrirla siempre que sea posible.

Consejos para conservar tu barbacoa mientras no se usa

Sabemos que ese momento es un momento duro y por eso te vamos a dar algunos consejos para que en el momento del reencuentro, tu querida barbacoa esté en las mejores condiciones, para seguir dándote tantos momentos de alegría.

Límpiala a fondo antes de guardarla

Antes de guardar la barbacoa hasta la temporada siguiente conviene hacerle una limpieza a fondo.

Es posible que durante el verano no hayas limpiado la barbacoa a fondo, al fin y al cabo, el fuego lo quema todo. Pero cuando vamos a guardarla por un periodo de tiempo prolongado si que conviene esmerarse en su limpieza por un tema de conservación e higiene.

La mejor forma de hacer una buena limpieza es con la barbacoa en caliente y un cepillo metálico, como por ejemplo los que usan los soldadores. El jabón neutro va muy bien.

Si aun así siguen quedando restos de grasa, puedes utilizar un desengrasante, pero si lo haces con la barbacoa caliente ¡OJO! Pueden desprenderse gases nocivos. Si usamos desengrasante mejor en frío y dejando un rato para que la suciedad reblandezca.

No te olvides de aclarar muy bien la barbacoa antes de guardarla, los productos desengrasantes pueden ser incluso corrosivos a largo plazo.

En cualquier caso, las limpiezas periódicas nos harán la vida mucho más fácil cando llegue la hora de la limpieza general. Algunos pequeños trucos para estas limpiezas periódicas son:

  • Utiliza media cebolla para limpiar las parrillas. Parece el típico remedio de la abuela sin ninguna base – y puede que lo sea – pero funciona. Después de cada uso y recién quitada la comida, cuando la barbacoa está todavía caliente, frota las parrillas con media cebolla. Ya verás como realmente funciona.
  • Zumo de limón. El truco anterior es muy bueno, pero si no queremos limpiar la parrilla en caliente para no perdernos esos primeros minutos de parrillada, podemos usar zumo de limón en frío. El zumo de limón es un gran desengrasante natural y a diferencia de los productos desengrasantes sintéticos no es tóxico.
  • Posos de café. Si vemos que en alguna zona de más difícil acceso quedan restos de comida, podemos usar posos de café. Coje un papel de periódico, llénalo de posos de café y frota las varillas envolviéndolas para acabar con los restos más rebeldes.

Además de las parrillas nuestra barbacoa está compuesta de más piezas y debemos limpiar cada una con cuidado y los productos adecuados, por ejemplo.

  • Piezas plásticas (como embellecedores, cubetas para dejar cubiertos, etc.) se deben de limpiar con agua, jabón y una bayeta.
  • Piezas de porcelana. Para este material nada mejor que un limpiacristales o en su defecto un limpiador multiusos.
  • Zonas con pintura. Evitar productos corrosivos. El líquido para lavavajillas suele funcionar bien.
  • Superficies metálicas. Un limpiametales es lo mejor, y si te gusta fardar de barbacoa reluciente le puedes dar un tratamiento abrillantador.

Secado

De nada servirá que hagas una limpieza a fondo de tu barbacoa si después no la secas bien antes de guardarla. Es fundamental que antes de almacenarla esté bien seca.

Si dispones de compresor de aire y pistola es el momento de usarlo. En caso contrario, con un paño o papel de cocina también podrás secarla. De esta forma evitarás que se oxide.

Guárdala en un lugar seco

Tampoco nos servirá de nada secar bien la barbacoa si luego la almacenamos en un lugar húmedo. Si almacenamos la barbacoa en un lugar en el que se concentre humedad, posiblemente cuando la saquemos al año siguiente esté oxidada, o lo que es peor, tenga moho u hongos.

Utiliza una funda

Si no podemos garantizar que el lugar donde la almacenamos conservará unas condiciones adecuadas, sin humedad, entonces una buena funda impermeable será nuestra salvación.

Los errores más frecuentes al guardar la barbacoa

Como podrás imaginar, los errores más frecuentes que se cometen a la hora de guardar las barbacoas son por no seguir las recomendaciones anteriores. Vamos a ahondar más en el tema y ver las consecuencias de cada uno.

No limpiar la barbacoa a fondo antes de guardarla

Además de antihigiénico, esta mala práctica ya que puede conducir a que la barbacoa críe bacterias y hongos. Atraerá insectos y la suciedad quedará tan incrustada después de meses que luego será muy difícil de limpiar.

Dejarla a la intemperie

Si dejamos la barbacoa a la intemperie, a merced de las condiciones climatológicas, lo más probable es que se oxide y se eche a perder. A veces esto no es un error, es simplemente que la barbacoa no se puede guardar, por ser una barbacoa de obra por ejemplo. En ese caso no quedará otra opción que usar una buena funda.

Almacenarla en un lugar húmedo

Ya lo hemos comentado, pero lo repetimos. Guardar nuestra barbacoa en un lugar en que haya humedad es garantía de que se oxidará y en el peor de los casos criará hongos o moho.

No secarla

Este es uno de los peores errores que podemos cometer. Guardamos nuestra barbacoa en un lugar seco y cerrado, dentro de su funda y por supuesto después de haberla limpiado a fondo y… ¡Zas! Cuando la sacamos entusiasmados al año siguiente, ahí está, llena de oxido… Muy probablemente se nos olvidó secarla y la humedad ha hecho su trabajo. Error clásico que debemos evitar.

Conclusiones

Como ves, las barbacoas parecen muy sencillas de utilizar y conservar y realmente lo son, pero como para todo hay que prestar atención a los detalles si queremos hacerlo bien. Por eso esperamos que este artículo os haya sido de utilidad y vuestras barbacoas os den muchas alegrías durante años.