Prepara tu huerto para el otoño: todo lo que necesitas saber

Con la llegada del otoño llegan las bajadas de temperatura y los días se harán, progresivamente, más cortos. A la hora de preparar tu huerto para el otoño, el cambio de estación puede suponer nuevos retos y conviene estar preparado para no dejar pasar el tiempo.

Esta estación, al no necesitar riegos tan frecuentes como en verano, nos brindará algo de tiempo extra para dedicarlo a cuidar la tierra y, también, al cuidado de nuestras herramientas.

Con un poco de dedicación en esta etapa, tendremos el trabajo facilitado hasta la entrada en la primavera, otra estación de transición.

¿Cómo preparar el huerto para la llegada del otoño?

Para preparar el huerto para el otoño debes recolectar los cultivos de verano, arar y abonar la tierra, preparar protecciones para el viento y la lluvia otoñales, practicar la rotación de cultivos, y mantener el huerto limpio una vez empiecen a caer hojas.

Recolecta los cultivos de verano

Una de las tareas a no olvidar será retirar los cultivos de verano y dejar espacio para las nuevas plantas que se adaptan más al calendario otoñal.

Seguramente aún podemos aprovechar muchas especies que se encuentran en un estado de maduración perfecto para el consumo. Sin embargo, aplazar mucho la recolección puede hacer que se pierdan los alimentos y que, si el frío llega antes de tiempo, perjudicar la siembra de los nuevos cultivos.

Prepara el huerto a tiempo

Una vez recolectados los alimentos, nos quedamos con un terreno que debemos preparar para la nueva estación. El verano se caracteriza por ser una estación bastante seca y, aunque reguemos con asiduidad, la tierra se encontrará algo reseca, con raíces y restos de cultivos para limpiar.

Arar la tierra aumentará la porosidad y favorecerá el crecimiento de las plantas que se cultiven en otoño. Seguramente veremos como la capa superior está compactada y de un color mucho más claro.

Aprovecharemos, igualmente, para añadir el abono adecuado y valorar la necesidad de utilizar un acolchado. Arando el terreno también estaremos facilitando la eliminación de las malas hierbas.

Una vez arada y abonada la tierra, nos encontraremos con un espacio ideal para empezar los nuevos cultivos, siempre teniendo en cuenta cuál serán nuestras elecciones y adaptando el espacio a las necesidades el cultivo futuro.

Coloca protecciones contra el viento y la lluvia

Si la zona es muy ventosa en otoño, es el momento de preparar la protección contra el viento y asegurarla bien para que no salga volando.

Por otra parte, si vivimos en una zona donde la lluvia es abundante, proteger los cultivos de la lluvia y el granizo a tiempo es una necesidad que tenemos tener en mente antes que empiecen las lluvias.

Aquí tienes algunos ejemplos de cómo proteger contra el viento y contra la lluvia. ¡Échales un vistazo!

Rotación de cultivos

Mantener la fertilidad de la tierra es imprescindible para lograr cultivos de gran calidad.

Aunque es cierto que la calidad de la tierra se puede conseguir con abonos y preparados que aportarán los nutrientes necesarios, también es posible hacerlo de forma totalmente natural y ecológica a través de la rotación de cultivos.

Esta técnica se basa en ir alternando los cultivos de manera a que, después de un cultivo muy exigente en nutrientes, se cultive otro no tan exigente, proporcionando tiempo a la tierra para su regeneración.

Una buena opción sería cultivar apios, zanahorias o puerros en la tierra dónde antes hayamos tenido tomates, pimientos o berenjenas.

Limpieza del terreno

El otoño se caracteriza por la caída de las hojas de los árboles. Si bien el paisaje de los suelos amarillentos por la acumulación de hojas puede ser una estampa preciosa, para nuestro huerto más bien será un problema si no lo mantenemos limpio.

Las hojas caídas de los árboles no permiten el paso de la luz del sol, principalmente si se acumulan bastantes. Sin luminosidad, nuestros cultivos no crecerá de manera adecuada.

Pero el peligro de la acumulación de hojas no es solo por la luz solar. Al retener la humedad, las plantas que crecen abajo podrán empezar a pudrirse antes incluso de brotar.

Otro problema que puede surgir de la acumulación de hojas en el suelo tiene que ver con nuestra propia seguridad. Las hojas acumuladas hacen que el suelo sea mucho más resbaladizo, principalmente si alcanzan una zona que no sea de tierra.

Caminar encima de las hojas puede suponer un resbalón con consecuente caída y el riesgo de hacerse daño no es pequeño.

Por supuesto, no pasará nada si no se limpia a diario, pero dejarlo demasiado tiempo puede suponer un grave problema para nuestros cultivos. Y aunque todo material orgánico se puede utilizar para producir nuestro propio compost, se debe hacer a través del proceso adecuado.