¿Hay que quitar la tierra de las raíces? ¡Sal de dudas!

Cuando empezamos a trasplantar plantas, nos surgen muchas dudas sobre qué hacer con toda esa tierra que nos encontramos. Saber si hay que quitar la tierra de las raíces o no es una de las primeras preguntas que nos vienen a la mente.

Lo primero es tener claro que trasplantar una planta es un proceso muy delicado en el que dejamos totalmente desprotegida, durante un breve periodo de tiempo, unas de las zonas más delicadas de la planta.

Aunque veamos las raíces como algo robusto, la realidad es que son bastante sensibles a la manipulación y a los factores ambientales. Están compuestas por numerosos y delicados filamentos que se rompen fácilmente.

Dicho esto, dejar o no tierra en las raíces va a depender, esencialmente, del motivo del trasplante. A continuación te explicamos en detalles qué hacer en cada caso.

¿Se debe quitar la tierra a las raíces?

La tierra de las raíces se debe quitar solo cuando sea absolutamente necesario, por ejemplo, si parte de las raíces están podridas por exceso de riego. En un trasplante normal no se debe quitar la tierra de las raíces, también llamado cepellón, ya que debilita en exceso la planta.

El trasplante de maceta, ¿quitar la tierra de las raíces o no?

Cuando llegamos con una planta nueva de la floristería o vivero debemos trasplantarla a una nueva maceta para protegerla. Es habitual que la tierra que traigan sea bastante ligera y retenga poco la humedad.

La tierra con la que venden las plantas suele tener mucha fibra de coco y el sustrato se secará demasiado rápido, lo que resulta poco conveniente para el bienestar de la planta.

Este tipo de sustrato tiene la gran ventaja de, aparte del bajo precio, pesar poco. Este factor es clave para facilitar el transporte de las plantas hacia su nuevo hogar. No obstante, una vez llegado a su lugar definitivo, la planta deberá ser cuidadosamente trasplantada con un sustrato adecuado.

Para hacer un buen trasplante debemos mantener la tierra que está en las raíces, también llamado cepellón.

Lo primero es preparar el local haciendo un agujero en la tierra o teniendo a mano una maceta. En el fondo se pueden colocar unas pequeñas piedras que ayuden a drenar el agua y luego se llena con el sustrato elegido, dejando el espacio para el cepellón.

Una vez colocada la planta de forma bien vertical, se coloca más sustrato alrededor y un poco por encima haciendo presión con las manos para que se quede todo bien sujeto.

Una vez terminado el trasplante, el primer riego debe ser abundante para que toda la tierra absorba el agua y llegue bien a las raíces.

Raíces con humedad, eliminado la tierra húmeda

Otro motivo por el que debemos pensar en hacer un trasplante es cuando la planta necesita cuidados especiales por un exceso de humedad. Suele pasar cuando regamos demasiado, las dejamos en el exterior en épocas de lluvia intensa o por no posibilitar un correcto drenaje.

Si una planta se mantiene en tierra demasiado húmeda, sus raíces van a sufrir con la humedad no logrando absorber los nutrientes del sustrato y se notará en la vivacidad de la planta, tanto en color como en su tersura.

Cuando nos damos cuenta de la situación en una etapa inicial será suficiente con no proporcionar agua durante unos días, variables según el tipo de planta, la temperatura ambiental y la humedad existente. Enseguida notaremos como retoma su esplendor.

En el caso de que hayamos regado en exceso la planta y sea demasiado tarde para retirar el agua, habrá riesgo de que las raíces se hayan podrido. En esta situación ya no servirá dejarla sin regar y debemos retirar la tierra húmeda, aprovechando para quitar cuidadosamente las raíces dañadas.

Una vez retirada toda la tierra y eliminadas las raíces dañadas la planta estará lista para volver al sustrato. El proceso es muy similar al del trasplante de maceta salvo por la diferencia de no contar con el cepellón por lo que la planta está mucho más delicada.

¿Qué se puede hacer con esa tierra si se quita?

La tierra que se quita durante el trasplante no tiene que terminar en la basura.

En caso de hacer un trasplante desde la maceta en la que viene la planta al comprarla, es un sustrato que retiene poca agua y puede ser de utilidad para algunas especies de plantas o para mezclar con otro sustrato.

Si la tierra retirada es debido a un exceso de riego, a tierra puede estar en perfectas condiciones y se puede utilizar una vez eliminado el exceso de humedad o mientras no sea en contacto directo con las raíces de la planta.