Los limoneros son uno de los árboles frutales que se encuentran de manera más habitual en muchas casas. Entre sus beneficios destacan que son fáciles de cuidar, sirven como un elemento decorativo y además proporcionan frutos que se pueden utilizar tanto para aderezar nuestros platos en la cocina, como para aromatizar las estancias de nuestro hogar.
A la hora de hacerte con un limonero existen dos opciones: comprar el árbol ya plantado en una tienda especializada o sembrar nuestras propias semillas. Esta última opción es la que más adeptos tiene. Por un lado, verás crecer tu árbol desde sus inicios. Y por otro, tendrás la posibilidad de elegir la variedad de limones que más te gusten para plantar.
Existen varios métodos para germinar cualquier semilla. Se puede conseguir plantándolas directamente en tierra, dejándolas sumergidas en agua o colocándolas en una superficie con humedad. Este último método es el más fiable, ya que podrás controlarlas y evitar que las semillas se pudran. Además, sabrás antes de pasarlas a la tierra cuál es válida o y cuál no.
Aquí tienes toda la información para germinar tus propias semillas de limón en un frasco.
Escoge un buen limón
El primer paso y más importante es hacerte con un buen limón. La mejor opción es acercarte al mercado o hacerte con un limón de algún árbol de confianza.
El limón debe ser 100% orgánico y que esté libre de pesticidas. De esta forma te asegurarás que no sean estériles, lo que supondría que todo tu trabajo cayese en saco roto.
Extrae las semillas del limón
Una vez que tengas el limón en tus manos, córtalo por la mitad y extrae las semillas. Lávalas bajo el chorro de agua para eliminar los restos que tengan adheridos.
Seca las semillas
Después de extraer las semillas, déjalas secar durante una o dos horas a temperatura ambiente antes de continuar con el siguiente paso.
Prepara de las semillas
Una vez las semillas estén secas, con la ayuda de unas pinzas retira la piel blanquecina que la recubre por su parte exterior, dejando la semilla de color marrón al descubierto. Este proceso facilitará que germine y agilizará el proceso.
Ahora tus semillas están listas para comenzar con la fase de germinado.
Coloca las semillas en un frasco
Envuelve las semillas en varios trozos de papel de cocina bien humedecido. Deja una separación entre ellas para que no se rocen cuando comiencen a germinar y mételas en un frasco cerrado. Colócalo en un lugar oscuro donde la temperatura ambiente ronde los 20-22 °C.
Espera 1 o 2 semanas
Ahora solo queda esperar. En 1 o 2 semanas tus semillas habrán germinado y podrás plantarlas en un tiesto. Si alguna no ha germinado en este tiempo, no dudes en descartarla. Lo más fácil es que no lo haga ya.
Planta en tierra
Cuando las semillas germinadas tengan un tamaño de unos 2 cm, es el momento de pasarlas a la tierra. Elige un tiesto de unos 10-15 cm con agujeros en la parte inferior para facilitar el drenaje. Ten en cuenta que tenga una altura adecuada que permita que las raíces crezcan sin problemas. Rellénalo con sustrato.
La mejor combinación de tierra es la mezcla a partes iguales de turba, humus de lombriz como fertilizante y perlita o fibra de coco. Otra opción que puedes utilizar es un sustrato especial para semillas.
Humedece la tierra para compactarla y con la ayuda de un palo realiza varios agujeros de unos 3 cm de profundidad, donde vas a introducir las semillas.
Mete las semillas con la raíz hacia abajo y deja la semilla a ras de tierra, tapando el resto del agujero con la ayuda de los dedos. Riega con cuidado de que no se muevan. Por último, coloca el tiesto en una zona donde no le dé la luz directa del sol.
Cuidados del limonero
La planta del limonero no necesita de grandes atenciones para mantenerla perfecta. El riego debe ser abundante evitando que quede encharcada, lo que podría llegar a pudrir las raíces. Toca la tierra con los dedos, cuando esté seca será el momento de regarla.
En cuanto a la temperatura, lo ideal es que esté entre 15 y 30 °C. No soporta bien las temperaturas extremas, ni las heladas, ni el exceso de calor. Si el clima es cálido, es conveniente que la sitúes en una zona donde le dé sombra durante parte del día.
Como has visto, tener un limonero en casa es muy sencillo. No es necesario que tengas jardín para ello, puedes tenerlo en un macetero e incluso podarlo y convertirlo en un pequeño bonsái. Sea cual sea tu elección, dentro de unos años presumirás de unos sabrosos limones sin tener que salir de tu casa.